Estoy enferma, hace unos días desperté con un fuerte dolor en los riñones por lo que estoy casi segura que tengo una infección urinaria causada por retener la orina. Resulta que tengo un poquito de fobia a los gérmenes y no me gusta usar los baños públicos y la semana anterior estuve más de 5 horas en un avión, aguantándome.
Recuerdo que cuando era niña mi madre sufría de estas infecciones también, y las pocas veces que su cuerpo ya no daba más, ella se echaba a descansar y mi papá se quedaba a cargo de toda la casa. Está demás decirles que entre él, mi hermana y yo, poníamos la casa patas arriba, nosotras con los juguetes regados por todos lados, comiendo “chizitos” en el mueble mientras mirábamos El Chavo del 8 y mi papá, por su parte, tratando de cocinar algo para comer. Mi papá era buenísimo friendo cualquier alimento, así que por varios días terminábamos cenando su “plato fuerte”: huevos fritos, bistec frito y arroz blanco (el arroz, para variar, lo compraba en un restaurante cerca de la casa) y para acompañar este plato, nos servía de tomar la bebida nacional del país, nuestra rica Inca Kola. En definitiva, mi papá se lucía con sus habilidades culinarias, era todo un “cocinerazo”, como lo describíamos mi hermana y yo.
Mientras tanto mi mamá en cama se mordía la lengua para no sugerirle que cocine algo que fuese un poco más saludable. Mi papá era tan considerado que no dudaba en llevarle la comida al dormitorio y le recordaba a mi mami que estaba bien hacer un “stop” y recuperar la salud, después de todo la ropa y los platos sucios podían esperar una eternidad si fuese necesario.
En mi caso, la historia parece repetirse con mi pequeña familia, mi esposo se ha encargado de entretener a Violet poniéndola a mirar todos los episodios disponibles de Peppa Pig y Jorge El Curioso, mientras que yo me muerdo las uñas y ando toda ansiosa por querer que él le lea un cuento en lugar de dejarla ver tanta televisión. Pero a diferencia de mi papá, mi esposo tiene un repertorio de cocina más amplio, y TODA ésta semana nos deleitó con un rico “arroz chaufa” sin cebolla china, crema de champiñones en lata y sandwiches de queso fundido 🙂
Yo, al igual que mi madre, he aprendido a morderme la lengua y a no sugerir tanto porque al final tengo que confiar en que él es capaz de atender a mi hija igual o mejor que yo, y aunque quería levantarme a lavar la montaña de ropa sucia que aún tengo acumulada en la lavandería, decidí abstenerme, descansar y hacer una lista en el iphone de todos mis pendientes para no sentirme tan inútil, tan culpable.
Ahora me doy cuenta de que para mi madre y las madres en general, incluyéndome a mi, es un lujo enfermarse. Creemos erróneamente que el tiempo que podemos tomarnos en recuperarnos, es tiempo que de alguna manera les quitamos a nuestros hijos. Sin embargo, debemos entender que nosotras no somos súper heroínas ficticias o mujeres maravillas que aparecen en los cómics de antaño, somos mujeres de carne y hueso que a veces necesitamos que nos atiendan un poco, que nos pregunten si necesitamos un té con limón, una caja de tissues o cualquier otra cosa que nos reconforte. Es lindo que a uno lo engrían cuando no se siente bien, y creo que no debemos resistirnos a eso ni mucho menos sentir culpa. Es preferible hacer un “stop” por uno o dos días que seguir “chambeando”, empeorar nuestra salud y alargar el tiempo de recuperación, ¿no creen?
Voy a compartir algunos tips de supervivencia para cuando mamá se enferma, que estoy segura le será de utilidad a los papás también:
- Consigue alguien que te ayude cuando tu esposo esté trabajando. Pídele a tus padres o a tus suegros que se encarguen de tus pequeños por el día, a los abuelos les encanta saber que pueden ser útiles, así que no te sientas mal de pedirles el favor de vez en cuando.
- Si tu esposo llega cansado de la chamba, no lo fastidies con que tiene que cocinar, simplemente pide “delivery”, a casi todos los niños les gusta la pizza…créeme que dos o tres días de comida chatarra no afectarán su nutrición.
- Si tu pequeño aún no va al nido, trata de dormir la siesta junto con él. Y si necesitas dormir más ponle una película infantil para distraerlo mientras tu cierras los ojos. Cuando mamá está enferma, la televisión es, sin duda, la mejor niñera.
- Arma una canasta con snacks que les gusten a tus pequeños y déjala a su alcance para que cuando ellos estén jugando no te atormenten con que tienen hambre.
- Coloca en tu mesa de noche un termómetro, pañuelos desechables, una botella de agua, tus medicinas y algún snack que te de algo de energía, puede ser una barra de granola o chocolate.
Ustedes, ¿cómo sobreviven cuando se enferman?
Un abrazo,